Nervio vago: ¿cómo ayuda a reducir el estrés y ansiedad?

reducir el estres y ansiedad

Con la llegada de la pandemia y con las medidas de aislamiento, se han incrementado los niveles de estrés y ansiedad, más allá de sólo por cuestiones laborales. Incluso, hemos sido testigos de cómo el estilo de vida cotidiano, se acelera año con año y es frecuente que estemos en la constante búsqueda de remedios o fórmulas para combatir los estragos de esta tensión a la que nos encontramos expuestos. 


El problema reside en que si no se da seguimiento oportuno para controlar el estrés, los altos niveles de cortisol y adrenalina que desencadena pueden afectar gravemente la salud. Si tú has padecido alguno de los siguientes síntomas relacionados al estrés, este artículo te va a interesar:

  • Ansiedad.

  • Depresión.

  • Epilepsia.

  • Cambios de humor repentinos.

  • Dolor de cabeza.

  • Inflamación intestinal.

  • Desórdenes digestivos.

  • Presión arterial alta.

  • Retención de líquidos.


Si presentas alguno de estos padecimientos, hay una buena noticia, porque el cuerpo tiene la capacidad de reducir el estrés y ansiedad de forma natural, por medio de la estimulación del nervio vago. 

¿Qué es el nervio vago?

Primero hay que definir qué es el nervio vago, se trata del nervio craneal con mayor longitud que conecta el cerebro con el resto de los órganos esenciales: el corazón, los pulmones, el estómago, los intestinos, el páncreas, el hígado, los riñones, el bazo y la vesícula.

Su nombre particular proviene del latín vagus que significa deambular, y hace referencia a que este nervio principal del sistema parasimpático se conecta a través de ambos lados del cuerpo mientras realiza la función de controlar los actos involuntarios del organismo como son entrar en estado de reposo, relajación y recuperación.


De ahí la importancia de mantener el tono adecuado del nervio vago por medio de distintas opciones de estimulación tanto naturales como médicas.

4 formas de estimular el nervio vago 

Según la condición de cada paciente y las indicaciones de un especialista, se puede recurrir a las siguientes actividades para conservar el nervio vago en estado óptimo. 




1. Ejercicios de respiración

Por sencillo que parezca, respirar de forma correcta ayuda a mantener el nervio vago activado, esto se realiza por medio de respiraciones profundas y pausadas, usando el diafragma como punto de apoyo. 

· Al momento de llevar a cabo estos ejercicios de respiración, se recomienda mantener la espalda recta para permitir que el aire entre y salga libremente de los pulmones.

· Se inicia al tomar aire por la nariz durante 5 segundos mientras se expande el vientre en lugar del pecho y los hombros. 

· Se sostiene el aliento por 5 segundos.

· Se exhala suavemente por la boca durante 5 segundos permitiendo que el vientre se contraiga.  

· Se repiten nuevamente los pasos anteriores.


Esta práctica se puede llevar a cabo en cualquier momento o puede ser un hábito en tu rutina diaria, tomar un par de minutos para respirar de forma consciente y calma ayuda a recuperar la sensación de tranquilidad después de un momento estresante y permite conservar el tono del nervio vago. 



2. Electroestimulación

Para casos en donde el paciente padece de epilepsia o depresión severa y no responde a medicamentos para controlar los episodios, se recomienda realizar una cirugía para implantar un pequeño dispositivo que envía impulsos eléctricos que estimulan el nervio vago liberando neurotransmisores que ayudan a reducir las convulsiones y tener mayor control sobre el estado de ánimo. 



3. Activación de las cuerdas vocales

Otra opción que favorece la estimulación del nervio vago es activar las cuerdas vocales por medio del canto o simplemente al tararear una melodía. Incluso se pueden repetir poemas, mantras o afirmaciones de forma rítmica o al practicar actividades de meditación y yoga. 

De igual forma, se pueden realizar gárgaras con agua tibia para activar los músculos de la faringe.


4. Alimentación en equilibrio

Es muy cierta la frase “eres lo que comes”, en este caso una alimentación balanceada que sea rica en fibra será de gran ayuda para mantener el nervio vago en buenas condiciones porque promoverá el movimiento intestinal, disminuirá la inflamación y esto permite que la comunicación cerebral con el resto del cuerpo sea eficiente. Asimismo se sugiere comer sin prisas para masticar bien cada bocado.


También es recomendable incluir en la dieta cotidiana, los probióticos que conserven la microbiota en equilibrio. 

¿Cuáles son los beneficios de estimular el nervio vago? 

No es posible eliminar por completo los factores de estrés de la vida diaria, pero sí se puede trabajar en la respuesta de nuestro cuerpo ante estos estímulos para prevenir que causen estragos en nuestra salud. 

Al realizar actividades que permitan conservar el tono del nervio vago, no sólo serán visibles los beneficios a corto plazo, sino se busca que por medio de la constancia se cree un efecto prolongado que permita al cuerpo desarrollar una capacidad para regular emociones intensas e implementar estos mecanismos que activen el nervio vago para desengancharse de situaciones que van más allá de nuestro control. 

De igual forma, se tiene documentado que por medio de la constante estimulación del nervio vago es posible:

  • Generar resiliencia.

  • Promover el descanso.

  • Regular la frecuencia cardiaca.

  • Entrar facilmente en estado de relajación.

  • Favorecer la recuperación del cuerpo.

¿Cómo saber qué alimentos estimulan el nervio vago? 

En The Method, contamos con distintos programas de nutrición integral que te ayudarán a darle un giro a tus hábitos hacia una vida saludable. Cada programa incluye un menú con recomendaciones de alimentos personalizados que te ayudarán a nutrirte de forma balanceada. 

Para conservar el tono de tu nervio vago,  te recomendamos el programa The Method Digestivo que está diseñado para mantener en buen estado la microbiota intestinal y favorecer la absorción de nutrientes para tu cuerpo. Da clic en el botón para adquirirlo y agendar tu cita de valoración.

Siguiente
Siguiente

Colon irritable: ¿sabes si lo padeces?